He decidido crear este blog porque me he marcado un objetivo, y sé que es más probable que lo cumpla si mantengo la constancia de ir escribiendo aquí mis progresos al respecto. Mi meta no es escalar el Himalaya, llegar a presidenta de la ONU ni fundar mi propia cadena de librerías (aunque no estaría mal). Nada de eso. Lo que persigo es celebrar la próxima Nochevieja con un chico especial en vez de tener que pasarla otra vez con mi familia, soportando que mi primo pequeño cante villancicos a grito pelado mientras Belén Esteban da las campanadas.
Empieza mi cuenta atrás. Ready, steady, go!

jueves, 4 de febrero de 2010

Allá vamos

Quizá alguien piense que dedicar un blog a esto es una tontería, y me parece una opinión tan válida como cualquier otra. Si no os gusta no miréis (:
No me considero una chica superficial, pero a lo mejor lo soy. No creo tampoco que sea una cabeza hueca, pero no soy la más indicada para juzgar eso. No busco tener una cita con Míster Universo, ni agenciarme un novio rico, ni engatusar a algún perrito faldero para ganar ninguna apuesta estúpida. Lo que pretendo conseguir es, simple y llanamente, un chico con quien compartir la noche del 31 de Diciembre del 2010.
Sería mi primera Nochevieja con novio, dado que siempre he sido soltera y ya me estoy hartando. ¿Sabéis lo que se siente cuando todas vuestras amigas se emparejan? ¿Sabéis lo que es salir de sujetavelas con un fotogénico grupo de matrimonios? ¿Tenéis la más mínima idea de la sensación horrible de soledad que supone tener que encerrarte a comer uvas con tu familia mientras todos tus conocidos lo pasan bien en compañía?
Ojo, no desprecio a mis parientes. Somos todos un adorable grupo de extravagantes y adoro pasar el tiempo con ellos, pero cuando una cumple cierta edad y las hormonas acechan no ansías precisamente pasar los domingos en casa de tu tío.

Es 4 de Febrero, tengo casi once meses por delante. Empieza la búsqueda.



Está sonando: Happy, de Leona Lewis.

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